Cuando las cosas no salen como quisiéramos dentro del deporte, hay generalmente dos opciones, la primera es reinventarse y la segunda es volver a las bases, siendo esta última la que pareciese que Tala adoptó luego de una primera fase del torneo local en la que no tuvo los resultados a los que nos tiene acostumbrados. Para luego de un lavado de cara general dar de qué hablar a partir de no haber perdido ningún otro partido salvo aquel por cuartos de final contra Jockey de Villa Maria. Así entró en una racha demoledora que lo depositó como campeón del Torneo del Interior B.
Entrega e intensidad de su pack sumado a la eficacia a la hora de definir de sus backs, sumado a una innegociable defensa, una receta conocida para el conjunto blanquinegro, la cual siempre que se ha aplicado con precisión le ha dado históricamente resultados a el conjunto de Warcalde.
El partido comenzaba siendo una verdadera batalla desde lo físico como en lo táctico, Marista dominaba de manera territorial el partido a razón de la dinámica que propone por medio de su juego, lo cual logró capitalizar por medio de dos penales convertidos en puntos de la mano de Bautista Filizzola. La respuesta del Tala fue instantánea y por medio de Juan Romero y Nicolas Cantarutti con sus aportes de trys, el tala lograba visitar dos veces el ingoal, siendo ambos convertidos por Mauricio Kember para pasar por encima en el marcador, yéndose al descanso con un parcial de 14-6 en su favor.
En el arranque del segundo tiempo Tala por medio de una gran jugada de sus backs que culminaría en un try de Nacho Giamo logrando estirar la ventaja hacia 13 puntos sobre el equipo mendocino. Los curas parecían que no encontraban su juego, con muchos errores de manejo en ataque, por lo cual simplificaron su plan de acción volviendo al clásico line y maul lo cual les recompensó con el try de Álvaro Llaver para acercarse en el marcador.
La tarde calurosa en Warcalde impactó en el juego, ahí fue cuando el Tala recogió lo que había sembrado por medio de su rigor defensivo. Con cada aparición de Mateo Soler el conjunto dirigido por German Schroder lograba imponer su impronta sobre un extenuado Marista. Fue así como por medio Geronimo Vittar y Federico Simondi el Blanquinegro logró cerrar esta final con broche de oro con un marcador final de 31 a 11.
